lunes, 28 de septiembre de 2015

Análisis cuento "Viviendo según el cartel"

Viviendo según el cartel, es un cuento de Sam Shepard que nos relata la historia de un señor anónimo, puesto que no se revela su nombre solo se le conoce como señor y un cartel que vio fuera de una tienda de comida rápida el cual le llama en demasía la atención. Este cuento nos muestra más sobre nuestra realidad en donde lo inesperado y sorprendente que puede ser vivir se va perdiendo y dando paso a la rutina y camuflarse en nuestro alrededor. Comienza el cuento cuando un señor, quien nos va contando la historia, ve un cartel que lo inquieta y desea conocer a la persona quien escribió la frase que contiene este, la cual es “La vida es lo que te pasa mientras haces planes para otra cosa”, al estar dentro de la tienda de alitas picantes mira a su alrededor y nos describe con detalles lo que ve, a sus trabajadores ocupados, con la mirada fija en su trabajo, repitiendo a cada rato lo mismo, alienados con su trabajo. Al momento de realizar su pedido pregunta a la chica que lo atiende ¿quién fue el que escribió el cartel?, parece nadie saber quien fue, la chica hasta se molesta porque pregunta cosas que están fuera de lo normal y la hace perder tiempo atendiendo a otros, la hace ponerle mayor atención de lo acostumbrado en otras palabras se molesta porque la saca de su trabajo, le hace preguntas que no son parte del procedimiento de pedir comida rápida, a la que todos debemos estar acostumbrados o no somos parte de este mundo. Ante todo este alboroto de quien escribió el cartel y cuando ya se estaba perdiendo la esperanza de encontrar a la persona que lo escribió, se levanta otro trabajador, el cual atendía los pedidos telefónicos y dice sin vacilar “Yo escribí el cartel”, la joven que atendía al “señor” se sorprendió de que Dicky fuese el que escribiese el cartel y le pregunta que significa, la respuesta de Dicky fue me lo invente, que fue una idea que le llego a la cabeza y la escribió, sin pensar en un trasfondo mayor o un sentido más existencial. El señor insiste en preguntarle cómo fue que se le ocurrió esa inteligente frase, pero Dicky no presta mayor atención ni le da mucha importancia, sigue preocupado de su trabajo sin darle la cara al señor. Hasta que finalmente levanta la cabeza y el misterio es resuelto, tiene unos ojos dulces y asustados, no siendo capaz de mantener la mirada en el señor y desviándose a la cristalera, quizás porque no ha tenido que mirar a la cara a ningún cliente, eso no es parte del procedimiento tan institucionalizado de pedir comida rápida, y Dicky se sentía incomodo teniendo que salirse de sus labores y mirar a la cara a un cliente. Dicky comenzó a contar como se le ocurrió esa reflexión, sin dejar de sentirse un tanto incomodo y quizás temeroso, desviando la mirada a cualquier otra parte menos manteniéndola en el señor. Dicky al relatar como se le ocurrió la frase nos transporta a su exquisita imaginación, nos transporta a una historia de amor en donde la chica por la cual había ido hasta la cabaña no estaba. Dicky explica que miro por la ventana del local y se vio en colorado, rodeado de nieve, caminando hacia una cabaña en busca de la chica, la cual no estaba, se sintió decepcionado de haber realizado un viaje tan largo y sentirse solo, esa soledad que te carcome por dentro y te marea, nos relata la soledad que Dicky siente dentro de él, y que muchos al sucumbir en la rutina y en las actitudes aceptadas por nuestra sociedad vamos sintiendo, en donde el individualismo y la lucha por el poder nos van domando y haciéndonos perder nuestra gotita de ser personas, haciéndonos perder la magia y lo sorprendente de vivir. El señor después de oír la respuesta se sienta a comer finalmente sus alitas picantes mirando sigilosamente a su alredor, cuando Dicky se acerca a confesarle que él no escribió el cartel, que escucho esa reflexión de otro amigo, el cual le hace los piercing, el señor le hace ver que fue él quien lo escribió y que no desea conocer a su amigo, puesto que ya conoció a Dicky, quien trabajo arduo haciendo ese cartel, preocupándose de que no se manchase con el aceite de las alitas y de colgarlo donde todos pudieran verlo, Dicky al oír esto se va nuevamente a su puesto de trabajo. El señor sigue en lo suyo mirando todos los detalles de su alrededor, disfrutando de comer alitas picantes y disfrutando de vivir. En las últimas palabras del cuento se descubre que posiblemente el señor es un admirador de la vida y que desea vivirla al máximo, no dejando que se le escape nada o tan solo es un perdido que no sabe hacia dónde ir, ni qué hacer con esta, al decir que no sabe donde esta ni tampoco hacia donde quiere ir, puesto que no tiene planes. Para mí es más bien el primero, el señor representa lo que la mayoría algunas veces deseamos hacer y que por miedo y al estar acostumbrados a este sistema que nos devora no lo hacemos, el vivir plenamente, sin hacer planes, solo preocuparse del aquí y el ahora de nada más, abrir nuestras alas y dejarnos llevar por el viento, conocer lugares, personas, oler y sentir lo que es vivir sin apresurarnos en nada, tan solo disfrutar, como dice el cartel “La vida es lo que te pasa mientras haces planes para otra cosa”, por lo mismo atreverse a vivirla sin tener temor por el que dirán o ser vistos como un tiro al aire, pero a lo que solo los verdaderamente valientes y que nadan contra el sistema, contra nuestra sociedad se atreven.

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